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Anoche el fútbol vivió un momento muy grande, en Escocia, en Glasgow, en Celtic park, ese momento no sólo fue la victoria de un equipo pequeño ante otro todopoderoso, sino fue la excepcional atmósfera creada por los aficionados del Celtic que tuvieron el privilegio de vivir una hazaña que será complicada repetir ante el mejor equipo de la historia del fútbol moderno. Vivieron la gesta y fueron partícipes de la misma por el empuje, por el apoyo mostrado a sus jugadores y por la manera tan extraordinaria de celebrarla. Los cánticos previos, durante y posteriores al partido crean en los estadios británicos unos ambientes envidiables para cualquier profesional del fútbol.Merecidísima victoria de los escoceses que ya debieron obtener mayor premio en el partido del Camp Nou, el fútbol les guardaba su premio quince días después ante todos sus incondiconales supporters.
Ganó el pequeño legítimamente, usando sus armas, a ver si ahora jugar bien es sólo jugar como juega el Barcelona. Las valoraciones de la derrota por parte de su máxima estrella son del tipo "pelotazos del arquero, todos atrás...nosotros con el balón y ellos a la contra", como si así no se pudiera jugar al fútbol, siendo esta una manera de que el pequeño gane al grande utilizando sus virtudes.
Celtic Park fue anoche una oda al fútbol en toda su extensión.
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