La trayectoria del Barcelona en esta temporada sigue siendo impecable a pesar de los tropezones en liga sobre todo en sus desplazamientos ante Osasuna y Getafe. Ha ganado todos los partidos de liga en su propio campo a excepción del empate sin goles ante el Sevilla del por aquel entonces gran entrenador Marcelino. Llevan dos títulos en esta temporada y están muy cerca de conseguir dos más. La liga no será uno de ellos como ya se encarga de anticipar una y otra vez su entrenador como poniéndose la venda antes de la herida, pero la Copa del Rey está al caer porque los continuos elogios de Guardiola a Bielsa (además de a muchos otros) hacen ver que está preparando el terreno para sobrevalorar la victoria de su equipo ante un extraordinario Athletic de Bilbao. La Champions sí peligra un poco más después del sorteo del pasado viernes porque el Madrid es más peligroso a un solo partido y eso lo sabe el técnico catalán.
El Barça sigue encontrando victorias en liga en campos complicados como el Pizjuán porque sigue manteniendo su indudable calidad a pesar de que la plantilla se va desmembrando tristemente para todos como muestra la baja de Abidal en esta última semana aunque continúa teniendo a Xavi y sobre todo a Messi para reducir la ventaja respecto al “líder” como les gusta decir en Barcelona eludiendo nombrar al Real Madrid. Siguen ganando porque encuentran motivación fresca para dedicarle la victoria a su compañero y también porque por encima de todo quieren evitar el pasillo que tuvieran que hacerle en casa a su eterno rival o que éste ganara matemáticamente la Liga después de conseguir aunque fuera un empate en el Nou Camp allá por el 22 de abril faltando después tres jornadas para el final. Sin duda, resulta un legítimo motivo para competir hasta el final.