miércoles, 12 de septiembre de 2012

Florentino Pérez cede una vez más al clan portugués que dirige el club.

Como si se tratase de un niño mal criado cuando quiere algo que los demás tienen pero él no, es como se ha mostrado el jugador portugués hasta conseguir lo que quería. Es lamentable la manera que hemos visto en televisión de acercarse a los medios de comunicación de forma premeditada para soltar su bomba antes de salir del país con su selección. Es indignante que se consienta esta mofa que ha habido estos días acerca de la tristeza del jugador y lo que a mí más me preocupa, hacia el Real Madrid. Ronaldo puede pedir más dinero y seguramente terminen dándoselo, pero no puede pedir más cariño alguien que no lo demuestra hacia sus compañeros y que a la menor ocasión tampoco lo muestra con la grada del Bernabéu. Dinero, tal vez, pero más cariño será imposible que reciba alguien que "no da nada más a cambio que goles".
Ronaldo se quiere a sí mismo y después a sí mismo, así es imposible que pueda alcanzar la plenitud anímica que en realidad está demandando.
Lo peor de todo es que los dirigentes del club blanco en vez de llamarle al orden como se hubiera hecho antaño por mucha estrella que sea, le premian con una revisión de su contrato para calmar su ego.
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Una vez más el Real Madrid demuestra que pierde grandeza a pasos agigantados llevado a esa circunstancia por su presidente actual que mucho tendría que aprender de predecesores en el cargo.
Lo diré una vez más, el Real Madrid necesita urgentemente cambiar de crack en el campo, de director de orquesta en el banquillo y de máximo dirigente para cortar la hemorragia de principios y valores en la que lleva expuesto desde hace algunas temporadas el club más grande del mundo.