domingo, 29 de abril de 2012

(12) tuve la suerte de dirigir a... Santiago Cobaleda...la importancia del carisma.



Esta vez voy a dedicar unas palabras a un jugador en el final de su carrera futbolística. Y lo haré porque puedo y debo decir que fue un privilegio que me dio el fútbol y el C.D.A Navalcarnero dirigir a un futbolista con todas las letras, Santiago Cobaleda. Como entrenador del club mencionado de su equipo juvenil, veía desde la grada los partidos que el "Naval" disputaba en el grupo VII de la 3ª división española y Cobaleda no era un jugador de mi agrado por sus cualidades futbolísticas, sin embargo, cuando el club decide ponerme al frente del primer equipo para tratar de ayudarle a salir de una situación complicada y nada más pisar el vestuario por dentro, me di cuenta realmente del peso, la trascendencia, y de la importancia de disponer en un equipo de alguien con la experiencia, carisma, positividad, personalidad, vitalidad, inteligencia, liderazgo, compromiso y capacidad competitiva de un jugador como este para cualquier equipo, harto de jugar promociones de ascenso y que este año le tocó amoldarse a vivir algo nuevo que era mantener la categoría. Limitado en las cualidades futbolísticas pero como he enumerado, repleto de cualidades deportivas y personales que le hicieron aportar ese imprescindible genio para solventar situaciones como la que tocaba y que le hacen ser ejemplar para los que todavía se están formando como personas y futbolistas.
Tener a un jugador como "Coba" que reúna tantos valores humanos y que desde dentro del campo o desde fuera de él trasmita tantas cosas positivas a un vestuario me hizo aprender mucho en aquel final de temporada terminando por convencerme de que el fútbol es de los futbolistas y ellos llevaron a cabo la gesta de un equipo al que daban por hundido, pero con mentalidades como la del jugador en cuestión, iba a ser muy difícil rendirse fácilmente. Así que tanto el C.D.A. Navalcarnero por conseguir la permanencia en tercera división en aquel angustioso pero enriquecedor último tramo de liga, y quien escribe como entrenador suyo y de una plantilla extraordinaria, le debemos mucho agradecimiento a Santiago Cobaleda por su aportación a aquel equipo y al fútbol modesto al que debió burlar para haberse colado en la élite aunque fuera sólo por la suma de cualidades humanas que le contemplan como persona. ¡Gracias Coba y mucha suerte, te la mereces!