viernes, 6 de abril de 2012

Real Zaragoza y Manolo Jiménez...morir con las botas puestas.

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Qué difícil es afrontar una situación como está sufriendo el Real Zaragoza y su actual entrenador Manolo Jiménez. El ex entrenador del Sevilla y AEK de Atenas decidió afrontar un reto enormemente exigente el pasado 31 de diciembre al hacerse cargo de un equipo en unas circunstancias difíciles en todos los aspectos. La trayectoria del Real Zaragoza en las últimas temporadas es muy decepcionante sobre todo para quien se acuerda de haber gritado más que ninguno aquel famoso gol de Nayim el 10 de mayo de 1995 en París en la prórroga de la final de la extinta Recopa de Europa. Eran otros tiempos para el equipo maño que yo disfruté como español.
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El descenso a segunda parecía inevitable por tercera vez en este siglo XXI hasta hace tres semanas para un equipo a pesar de contar con todos los ingredientes que suele tener un equipo de la máxima categoría del fútbol español, gran ciudad, gran afición, historia, buen estadio, buenos jugadores pero una fatídica gestión que le impide consolidarse en la liga BBVA. Está claro que los dirigentes no juegan, pero todo lo turbio que aparece en el entorno de este querido club terminan por pasar factura. Pero bueno, si tiene que estar en una categoría inferior para desde ahí volver a ser grande consolidando sus estructuras como club, creo que será lo mejor que les puede pasar. Lo que no se puede consentir es que este club siga fichando jugadores y entrenadores teniendo los problemas económicos que al parecer están padeciendo. Creo que al Real Zaragoza le hacen falta profesionales desde todos los estamentos que realmente quieran al club, que no antepongan sus intereses personales al bien de la institución deportiva. Que se dejen de fichar y que trabajen la cantera, que fomenten la progresión de jugadores de la tierra que realmente amen sus colores.
Se marchó Aguirre después de reconocerle su trabajo para conseguir la permanencia la temporada pasada y de que le obligaran a dejar la dirección técnica previo pago del finiquito correspondiente. Entonces llega Jiménez, con la ilusión del que vuelve a su país a trabajar después de una experiencia un tanto amarga en el fútbol griego. Supongo que al firmar, es conocedor de todo lo que rodea al club, pero repasa los nombres de la plantilla de la que se va a hacer cargo y debió pensar como pensaríamos todos, ¡esto lo sacamos!, dos meses después te das cuenta de que el mal, la desgracia, el infortunio, eso tan incomprensible e intangible como ineludible está tan incrustado dentro de todo lo que rodea al club que hace imposible rebelarse a su destino.

Admiro a los jugadores y entrenador del Real Zaragoza, sobre todo a este último por no tirarse del barco, porque a pesar de todo, pelean para resistirse a lo que parecía inevitable y ahora no está tan lejos, trabajarán hasta el final para terminar dignamente una fatídica temporada, estoy seguro que ganarán partidos de aquí al final aunque es probable que resulte ya intrascendente para su suerte pero sí será importante para defender la imagen de un club histórico.