Después del último sorteo de cuartos en el que también se decidió que no iba a producirse un enfrentamiento Madrid-Barça hasta la final, Guardiola sabe que sus opciones de ganar la Champions League han decrecido. El Real Madrid ya demostró en la final de Copa del Rey del pasado año que puede ser mucho más peligroso a un sólo partido que en una eliminatoria a doble enfrentamiento en donde el mejor equipo de la historia del fútbol de clubes sucumbió ante un Real Madrid todavía no suficientemente sobreexcitado por su entrenador para conseguir ganar el Barça.
Rafa López a la izquierda de Vicente del Bosque |
Era la famosa "madriditis" esta intangible o si queréis imaginaria enfermedad que los acontecimientos han puesto de manifiesto en todas las categorías a lo largo de muchos años en las que se han enfrentado ambos clubes, se ha comprobado en las últimas temporadas que es un mal reversible e itinerante que ahora ha tornado en "barcelonitis". No es normal que Osasuna gane con relativa facilidad al F.C. Barcelona o que vengan a Madrid y pierdan, eso sí, a quince kilómetros del Bernabéu, en Getafe. El Barça le tiene ahora cogida la medida al Real Madrid, pero además de ser muy buenos es también porque el Madrid está obsesionado con ser mejores que los culés.
En una final a un solo partido, las fuerzas se equilibran y ese desequilibrio lo pueden provocar las "ovejitas" que cuenta Mourinho por las noches... Frings, Stark, Ovrevo, Busacka...
Todos estamos soñando una final española pero antes que a nadie se nos olvide que quedan por delante posibles pesadillas para uno y otro como la venganza de Chelsea ante Barcelona tres años después y la eterna bestia negra del Real Madrid, el Bayern de Munich. Sea cual sea la final, nos queda antes por disfrutar de las semifinales y las sorpresas en el fútbol siempre han sido lo que más han alimentado su enorme espectación mundial históricamente.