martes, 29 de mayo de 2012

De merecer a conseguir en el fútbol... la línea delgada que puede alejarte injustamente del éxito.

No es lo mismo merecer que conseguir, es evidente, por pura definición de los verbos. De todas formas creo que cuando un equipo merece conseguir la victoria en un partido, en un campeonato o merece estar mejor clasificado de lo que dice la clasificación no se ha estado muy lejos de la propuesta y del consiguiente objetivo deseado por el equipo. Tener la sensación de que se han hecho cosas suficientes para haber merecido más de lo que dicen unos resultados está muy bien pero lo que termina por contar obviamente es el marcador o la posición en la que uno se encuentra. Vivimos dentro del fútbol una realidad muy clara y al mismo tiempo muy injusta y es que si no ganas es que no vales. Clara porque los triunfos te dan los éxitos y te hacen ganar en credibilidad e injusta porque muchas veces estás muy expuesto a factores que no son controlables por los técnicos y que influyen para hacer que tu trabajo sea más o menos bueno.
Hay muchos ejemplos para ratificar que una situación de un club es irreversible por muchos cambios que se realicen en la cabeza visible "responsable" que simboliza el entrenador y también aunque creo que en menor medida existen ejemplos de reversibilidad de situaciones que se antojaban muy negativas y sin embargo un nuevo enfoque de los recursos futbolisticos o una nueva idea han cambiado para bien el rumbo de barcos a la deriva.

Esta temporada hemos sido testigos de los descensos de Racing, Sporting y Villarreal, en estos tres clubes decidieron cambiar de entrenador, bueno, en el caso del Racing de Santander se dio una circunstancia cada vez menos asidua que no es otra que la dimisión de un entrenador como hizo Héctor Cúper. También hemos comprobado que clubes como Granada y Zaragoza que cambiaron a sus técnicos sí han conseguido con ellos el objetivo que se creyó imposible cumplir con los entranadores cesados. Mi opinión es que sólo en el segundo caso con Jiménez se acertó y que en el caso del Granada manteniendo a Fabri hubieran conseguido igualmente la categoría. Más ejemplos hacia la idea de que no hay "magos del banquillo" en esto del fútbol se nos presentan en la segunda división como con D´Alessandro (el super entrenador mediático) al rescate del Nástic.
Otro "rescatador" de equipos como Simeone aparentemente ha llegado y ha mejorado al Atlético, pero si se analizan friamente los números y se reflexiona sólo fugazmente sobre los objetivos conseguidos o no por el equipo rojiblanco, se podrá comprobar que la próxima temporada el Atlético de Madrid seguirá sin jugar la Champions League y que Manzano ganó nueve de los diecinueve partidos disputados por el club del Manzanares en la Europa League. Más bien se trató de un rescatador de ánimos de aficionados en este caso.
defensacentral.com
El caso de Toril con el Castilla es uno de esos que contradicen mi razonamiento ya que este entrenador sustituyó accidentalmente a un técnico como Menéndez tan auspiciado por Ramón Martínez y ha corvertido al segundo equipo madridista que estaba sumido en el letargo bajo la dirección del técnico asturiano en poco más de un año después, en equipo de segunda división, claro que tan excepcional es este caso como excepcional es vivir el fútbol casi de manera exclusiva desde el lado dulce de la victoria tras victoria gracias a disponer de una generación de futbolistas que darán que hablar en el nfútbol profesional. Ni Menéndez es tan malo ni Toril tan bueno, ni Manzano es tan malo ni Simeone tan bueno, ni Aguirre es tan malo ni Jiménez tan bueno...etc.
 
Ine.es