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Como entrenador tenía eso que parece lo más importante hoy en día y casi desde que el fútbol es fútbol que no es otra cosa que saber manejar un vestuario como ex jugador profesional que era, sabía en todo momento cómo respiraba cada uno de sus jugadores y tenía con ellos un trato primero paternal, después futbolístico y profesional.
Las muestras de dolor de todas las aficiones en las que dejó huella ha puesto de manifiesto la entereza moral de una persona valiente, fuerte, sincera, simpática, clara, sensata, humilde, llana, directa, inteligente y por encima de todo, buena, pero ya lo decía su cara que hace de espejo del alma.
Se suelen llenar de calificativos bondadosos y benevolentes a los recién fallecidos pero son demasiadas las personas que están mostrando y seguirán haciéndolo su respeto, cariño y admiración por Manolo Preciado para que él no se mereciera esos halagos del que también fue objeto en vida merecidamente.
Una persona capaz de soportar tantos reveses como le había dado la vida y verse recuperado, al menos aperentemente, tan pronto de ellos tenía toda mí admiración.
D.E.P. Manuel Preciado.