(12) tuve la suerte de dirigir a...Rubén Molero...futbolista completo.

Fue curiosa la manera en la que llegó este jugador a la disciplina del Real Madrid. Una tarde bien comenzada la competición de liga este futbolista llegó presentándose como el actual capitán del Atlético de Madrid infantil y había tenido un desencuentro con su míster, al no ceder en su versión de lo ocurrido el Club Atlético de Madrid le amenazó con darle la baja si no llegaba a un saludable entendimiento con su entrenador. Molero decidió aceptar la baja y con su carta de libertad se presentó en la vieja y ya extinta ciudad deportiva del Real Madrid, comenzó a entrenar con nosotros y enseguida pudimos comprobar las cualidades inmensas que tenía este jugador procedente de la cantera rojiblanca. Daba la casualidad que me unía una buena relación con quien era su entrenador y cuando me puse en contacto con él para solicitarle referencias, estas fueron inmejorables con el "pero" del último incidente que desemboco en su salida. Este internacional sub-16 y sub-17 con España llegó en un momento propicio para proporcionar una solidez más que necesaria al centro del campo de nuestro equipo. Con él, un grupo que era excesivamente vulnerable llegó a ser un equipo equilibrado al restarle trabajo defensivo en el centro del campo a otro jugador de mayores condiciones técnicas pero menor fortaleza, Álvaro López, éstos hicieron una pareja muy compensada y la incorporación de Rubén nos dio muchas opciones para ganar al Barcelona en la final del torneo de Menorca, al Inter de Milán en la final del torneo de Atenas y al Rayo Vallecano en la final del torneo de Tordesillas en aquellos últimos meses de temporada del año 2004.

Rubén Molero (4) junto a Álvaro López (6) en partido de la selección española.

Actualmente forma parte de la tercera plantilla del Real Madrid aunque ya ha debutado con el Castilla. Juega de central pero sus inicios como medio centro hacen de él que tenga un gran manejo del balón para iniciar la distribución del mismo desde su actual posición. Su 1.82 de estatura y su fuerte complexión unida a su más que notable velocidad le hacen ser un jugador de una magnífica proyección dentro de la cantera blanca.
Le veremos este final de temporada jugando la liguilla de ascenso y comprobaremos cómo está preparado para continuar su trayectoria hacia categorías superiores.

Rubén Molero en el centro de la imagen arriba, celebrando en Atenas la victoria en la final ante el Inter de Milán gracias a un gol suyo en la prórroga.

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