domingo, 17 de junio de 2012

El fútbol, sin tratar de jugar bien, es como el sexo sin amor.

No me cabe la menor duda de que ganar en el deporte es el objetivo de todos los deportistas y que si te aseguran una victoria antes de empezar una competencia firmarías sin dudarlo sin ni siquiera prestar atención a la letra pequeña. Vivimos, y creo que siempre ha sido así en realidad, en una sociedad competitiva en la que los resultados mandan por encima de todo y lo que es peor, es que se imponga el famoso e inquietante dicho de "el fin justifica los medios". Antes, hablo de los años 50 ó 70 también existía la exigencia por ganar, estoy seguro de ello, pero cuanto más intereses económicos vayan devanando del juego, mayor será la necesidad de encontrar victorias. O derrotas, que eso sí que es dañino, feo, indigno e intolerable, hablo del amaño de partidos como en las últimas fechas se ha destapado nuevamente en Italia. Se recurre al tema de los "maletines" en cada final de temporada aquí en España y para mí es sonrojante sólo el escuchar que se hable de ello, recibir una recompensa por parte de tu club para que ganes me parece algo legítimo sin lugar a dudas pero estar dispuesto a recibir dinero por parte de otros clubes para que encuentres una motivación especial ya que tus objetivos están cumplidos, me parece inmoral aunque no sea delito y no digamos lo que creo que es si se dejan sobornar para que pierdan de manera consciente un partido, además de un delito, aunque muchos no sean conscientes de ello.
Ahora se viene hablando de las supuestas dudas que tienen en Italia de que España y Croacia pacten un empate a dos para dejar fuera a los tetracampeones del fútbol y sólo escuchar hablar de ello me enerva. La duda ofende y cree el ladrón que todos son de su condición podríamos decirles a quienes sospechen de España. 
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Lo del amaño de partidos desgraciadamente ha existido siempre, existe y ójala no se dé nunca más aunque tengo mis dudas cuando aquí mismo en España y en categorías inferiores en un club tan grande como el Atlético de Madrid se están amañando partidos temporada tras temporada en categorías alevín, infantil, cadete y juvenil al disponer de dos equipos del mismo club en la misma competición y cuyos entrenadores bien adiestrados, trasmiten a sus jugadores la necesidad de dejarse perder por el equipo superior del club que peleará al final de temporada por el título de liga, luego el Atletico ya tiene seis puntos más que el resto antes de comenzar la competición. Esto es sin duda, bajo mi punto de vista, una escuela de amaños de partidos.

Pero volvamos al juego limpio de verdad, el juego que sea malo o bueno, como no podía ser de otra manera siendo coherente con el nombre de este blog yo prefiero que mi equipo juegue bien porque tengo la mentalidad de que sólo tratando de jugar bien ya tienes más opciones de ganar los partidos. Soy plenamente consciente de que ganar es el fin y es por lo que te contratan los clubes pero para mí el fín NO justifica los medios. Otro tema inteserante es ¿Qué es jugar bien? porque para unos puede ser de una manera y para otros de otra, ya tendré espacio de dar mi opinión sobre esta cuestión en poco tiempo y de forma más extensa.
No soy partidario de anteponer la intención de no hacer jugar al rival cómodamente en base a sus características por encima de intentar primero desarrollar las propias virtudes de tu equipo. Más bien, prefiero que mi equipo trate de jugar teniendo el balón la mayor parte del tiempo y desde luego tener mínimamente en cuenta las debilidades y virtudes del adversario para orientar nuestro juego en algunas situaciones en función de esas características del oponente.
Por eso digo que si hacemos una analogía con la vida amorosa o sexual, según se mire, tratar de ganar sin jugar bien es como el sexo sin amor, puede estar bien, puedes ganar partidos pero no hay nada como amar lo que haces para obtener la mayor de las satisfacciones.