España irá de menos a más.

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La actual campeona del mundo y de Europa ha debutado con muy buen pie, bajo mi punto de vista, no estoy muy de acuerdo con las opiniones más o menos analíticas con respecto al juego y al planteamiento de su seleccionador. Del Bosque, a parte de demostrar una capacidad enorme para manejar a su equipo, es capaz de aislarse a las presiones mediáticas que parece que tratan de orientar las alineaciones y que se consideran tan importantes como conocedores del juego por encima de los propios profesionales. Jugar con un falso "nueve" es una más de las opciones que tiene el equipo español para afrontar la competición y hoy es lo que los técnicos españoles han decidido ante un rival siempre muy competitvo como es la tetracampeona del mundo.
Teniendo suficientes certezas sobre la posibilidad de que los azurros jugaran con tres centrales, el seleccionador ha tratado de desorientarles o inhabilitarles al no tener una marca sobre un jugador de referencia en el ataque que jugara más bien de espaldas a portería y ha preferido que los delanteros españoles llegaran de frente y desde segundas líneas para acercarse al gol. Italia ha sorprendido con un juego muy agresivo y muy adelantado a como suele ser habitual sobre todo en las fases finales. España hoy ha jugado ante un equipo italiano renovado en estilo, lo que es una gran noticia para el fútbol, prueba es el extraordinario partido que nos han ofrecido ambos países al intentar ambos ser dueños de la posesión del balón y buscar la portería rival con insistencia.


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España se guarda armas para el resto de la competición y estoy seguro que con el paso de los partidos la participación de Mata, Cazorla, Llorente, la mejoría en el rendimiento de Alba en sus incorporaciones desde la izquierda que hoy he echado un poco de menos, tal vez porque tiene que soltarse un poco más, serán aportaciones que conllevarán una progresión en el nivel de juego de la selección española.
Ahora, cómo han cambiado las cosas en los últimos cuatro años, un empate contra Italia nos parece poco. Me gustó el gesto de Fábregas recogiendo el balón de la portería y el hecho de llevarlo hacia el centro del campo en carrera mientras celebra el empate casi de forma testimonial, toda una declaración de intenciones de una selección española que sin duda irá de menos a más.